Antes de poder contestar la pregunta del título de este artículo, veamos cuál era la función del sacerdote antes de que Cristo muriera en la cruz: Los sacerdotes que servían a Dios en el Antiguo testamento debían ofrecer los sacrificios en el tabernáculo de reunión y posteriormente en el templo. En el libro de Levítico en los capítulos del 1 al 7 se describen dichos sacrificios. Dentro de éstos se encuentra el de expiación. La palabra expiar significa: borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio (1).
Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. Levítico 16:11,14-16
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. Levítico 17:11
Está claro que para Dios la única manera de expiar los pecados es por medio de un sacrificio en el que hay derramamiento de sangre. Los sacerdotes entonces eran los encargados de llevar a cabo los sacrificios por medio de los cuales se derramaba la sangre que permitía el perdón de los pecados, es decir, la sangre de la expiación.
Eso era en el Antiguo Testamento, pero en estos días ¿cómo se expían los pecados? ¿Hay acaso que seguir haciendo sacrificios? ¿Es necesario que haya sacerdotes que ofrezcan ante Dios esos sacrificios? Vayamos al Nuevo Testamento, en donde encontramos las respuestas a estas preguntas. Comencemos por lo que dijo Juan el Bautista de Jesús:
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1.29
Así que Jesús era el cordero que iba a ser sacrificado para poder expiar los pecados de la humanidad.
Vuelvo a preguntar ¿en base a qué se pueden expiar los pecados? En base a la sangre. ¡Qué impresionante! Para expiar, es decir, para perdonar los pecados se necesita ofrecer sangre a Dios. (Recuerde las citas de levítico que vimos en el 2º y 3º párrafo). Pues bien, y ¿qué dijo Jesús que iba a ser su sangre?
Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mateo 26:28
Si Jesús iba a ser el cordero ofrecido en expiación por los pecados de muchos ¿dónde se encuentra el sacerdote que va a ofrecer esa sangre a Dios?
Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:
Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Hebreos 5.5-6
¡Increíble! Dios mismo hizo sacerdote a Jesús para siempre. Así que, Jesús es tanto el sacrifico para la expiación como el sacerdote que va a ofrecer ese sacrificio. Además, Dios le ha dado un sacerdocio perpetuo, para siempre.
Por último ¿dónde está el tabernáculo o el templo para ofrecer ese sacrificio?
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Hebreos 9:24
Hemos visto en el nuevo testamento, que se ha efectuado un solo sacrifico para la expiación de los pecados de muchos, ese sacrificio ha sido Jesús muriendo en la cruz, derramando su sangre para el perdón de los pecados. Jesús ha sido tanto el cordero del sacrificio como el sacerdote que lo ha ofrecido. Y ha entrado en el cielo mismo para ofrecer su sacrificio.
Pero entonces, ahora que ya murió Jesús en la cruz ¿son necesarios más sacrificios para expiación de los pecados? ¿Se necesitan sacerdotes hoy, en nuestros días para ofrecer esos sacrificios?
La Verdad de la Palabra
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:24-28
Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Y esto no fue hecho sin juramento; porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. Hebreos 7:17-23
Concluimos de acuerdo a la Biblia, que el sacrificio de Jesús en la cruz es suficiente para expiar los pecados, no es necesario ningún otro sacrificio y por lo tanto no hay necesidad de sacerdotes. El único sacerdote que permanece ahora y para siempre es el mismo Jesús.
Nota: las citas han sido tomadas de la versión Reina-Valera
(1) Diccionario de la Real Academia Española, 22º Edición
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1 comentario:
Me gustaría recordarás lo que Dijo Jesús en la última Cena "hagan esto en memoria mía" y antes de esto pronunció que "este es mi cuerpo...(y más adelante)...esta es mi sangre"... Luego San Pablo habla de esta tradición que recibió de los apóstoles en I de Corintíos 11,23-27... Dejando esto en manos de los apóstoles (todos los clérigos son sucesiones de los apóstoles)... En otro lugar dice "yo estaré con ustedes hasta él fin de los siglos".... Entonces comparar lo que dice San Pablo y esta última frase... Bendiciones
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