viernes, abril 18, 2008

La Virgen María ¿La Madre de Dios?

El título arriba escrito se le ha dado a la madre de Jesús. ¿Cómo se puede llamar a la madre de Jesús madre de Dios? ¿Es acaso que Jesús necesitó de una madre? ¿En verdad Jesús existió sólo después de que la virgen María lo diera a luz? Veamos esto conforme a lo que encontramos escrito en la Biblia, la Palabra de Dios.

Primero:
La Biblia nos menciona que Jesús es eterno, ha existido siempre, junto con Dios el Padre y el Espíritu Santo. Esto lo leemos en Juan 1:1-2, dónde a Jesús se refiere como el “Verbo”
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.

¿Cómo sabemos que la palabra Verbo se refiere a Jesús? Pues lo vemos en 1ª Juan 5:6-7 versículo que habla de la trinidad, de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo
Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

Concluimos entonces en el primer punto, que Jesús, no comenzó su vida cuando María lo dio a Luz, sino que Jesús existía desde la eternidad con Dios. Es decir, siendo Jesús Dios, no necesitó de una madre para existir. En cambio, los seres humanos, al igual que la virgen María, sí comienzan a existir hasta que somos concebidos en el vientre de nuestra madre.

Segundo:
Jesús ya existía, pero era necesario que redimiera a la humanidad. Razón por la cual debía venir al mundo a semejanza de los seres humanos. Esto lo leemos en:
Hebreos 10:5-7
Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.

Filipenses 2.5-7
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

En conformidad con estas citas, Dios “preparó un cuerpo a Jesús”, para que viniera a la tierra en forma de ser humano. Jesús tenía que habitar en el cuerpo de la virgen María para tomar la forma de ser humano. ¿Cómo sucedió esto? Tenemos la respuesta en Lucas 1:34-35, en dónde se nos dice que un ángel le avisa a una virgen llamada María que iba a tener un hijo, y María se turba pues ella era virgen:
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también
el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Es bien cierto que esto es un misterio que nuestra mente no comprende, pero Jesús, siendo Dios, tomó la forma de ser humano dentro del vientre de María. Esto hace que Jesús sea único y diferente de todo ser humano, incluyendo por supuesto a María, pues Jesús es Dios y hombre a la vez. Este punto también nos muestra que María no es la madre de Dios el Hijo, sino únicamente el cuerpo que Dios escogió para que su Hijo pudiera tomar forma humana. ¿No es así?

Por si aún hay dudas, Dios nos da una cita muy reveladora en cuanto a este asunto y es Juan 1:14, que dice

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Tercero:
Dios ha existido como Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Jesús siendo también Dios, existe por la eternidad, es un ser todopoderoso, inconmovible, único, omnipresente y omnisciente. Dios en ninguna de las tres personas ha tenido de ninguna manera la necesidad de una madre para existir. Él es el creador de la vida. Además, a Dios nadie le ha visto. Esto lo leemos en:
Juan 1:1-3
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho

Juan 1:18
A Dios nadie le vio jamás
; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

2ª Corintios 5.16
De manera que nosotros de aquí en adelante
a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.

Todas las citas han sido tomadas de la versión Reina-Valera


Para reflexionar.
¿Has pensado en que Dios no necesitó tener una madre de carne y hueso como nosotros?
¿Has pensado que Jesús es Dios y que por lo mismo él ha existido siempre sin necesidad de una madre?
¿Has pensado que a la virgen María sólo se le puede llamar la madre de Jesús, en su forma humana?
A Jesús le dijeron que blasfemaba por decirse Hijo de Dios (Juan 10:36-39). ¿Te has preguntado si decir que la virgen María es la madre de Dios es una blasfemia?


viernes, abril 11, 2008

El Sacerdocio y el Sacerdote.

En el Antiguo Testamento, Dios instituyó el sacerdocio para que el pueblo de Israel se pudiera acercar a Él. Todos los sacerdotes tenían que hacer expiación por sus pecados y por los del pueblo, y sólo después de esto podían estar en la presencia de Dios. Dios había designado a Aarón y su descendencia el sacerdocio, y ninguna persona que no fuera levita participaba en ese oficio; esto lo menciona la Biblia como el “sacerdocio de los levitas”. En ese pacto o alianza de Dios con el hombre el pueblo tenía forzosamente que acercarse a Dios a través del sacerdote. Pero después que vino Jesucristo, murió y resucitó, es decir en la nueva alianza con Dios, ¿sigue vigente el sacerdocio levitico ó hay otro? ¿Sigue siendo el sacerdote humano el mediador entre Dios y sus hijos?

Juanita – Oye Julieta ¿ya fuiste a pedirle al padre que rece por ti?
Julieta – Pues sí, Juanita, ya ves que siempre es mejor que el padre o el señor cura pida por nosotros.
Juanita – Por supuesto que sí, ya ves que por eso son sacerdotes, para que digan la misa y estén pidiendo siempre por nosotros, los pecadores.
Julieta – Además, muchos de ellos son casi santos. Y otros muchos, cuando se mueren hacen milagros.
Juanita – Por eso en este asunto tan difícil, en que no sé cómo rezar, pues mejor le pido al padrecito que rece por el asunto. Estoy segura a que a él sí lo va a oir.
Julieta – ¡Ah., eso sí! Yo estoy bien segura de que ellos están más cerca de Dios que uno. Y también Dios los puso para que sea por medio de ellos que nosotros podamos llegar a Dios. ¿O no es así Juanita?

Juanita – Sí, Julieta, así es, tal y como me lo estás diciendo.

La Verdad de la Palabra
Acera del sacerdocio de los levitas (válido en el Antiguo Testamento)

Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado. Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad;" por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo. Hebreos 5:1

La Verdad de la Palabra
En cuanto al sacerdocio de Jesucristo (válido en el Nuevo Testamento)
Así, pues, si bien el sacerdocio de los levitas es el fundamento de las instituciones de Israel, no son capaces de llevar al pueblo a la religión perfecta. Si no, ¿qué necesidad habría de otro sacerdocio, no a semejanza de Aarón, sino a semejanza de Melquisedec? Y si hay un cambio en el sacerdocio, necesariamente la Ley también ha de cambiar. Jesús, al que se refiere todo esto, pertenecía a una tribu de la que nadie sirvió jamás al altar. Hebreos 7.11-13

Pues la Escritura dice: Tú (Jesús) eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Con esto se cancela la disposición anterior, que resultó insuficiente e ineficaz. Hebreos 7:17-18

Tratemos de resumir lo que hemos dicho: tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del Dios de Majestad en los cielos;" él está a cargo del santuario y de la tienda verdadera, levantada no por hombres, sino por el Señor. Hebreos 8:1-2


Allí entró Jesús para abrirnos el camino, hecho sumo sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Hebreos 6.20
Todas las citas han sido tomadas de la Biblia Latinoamericana

Para reflexionar:
¿Canceló Dios el sacerdocio de los levita, es decir el humano? Véase Hebreos 7:17-18
¿Quién es el único sacerdote que permanece para siempre y que está vigente para la nueva alianza?
¿Tienes como mediador a un sacerdote humano? Si tu respuesta es sí, te invito a que te acerques a Dios por medio de la nueva alianza que Él ha hecho con los hombres, por medio de su Hijo Jesucristo, único sacerdote para siempre.
¿Deseas tener a Jesús como tu único sacerdote? Abre entonces tu corazón a Dios y dile estas palabras u otras semejantes: Dios, gracias porque hiciste un nuevo pacto conmigo a través de la sangre de tu Hijo Jesús. Hoy te pido perdones mis pecados, me arrepiento de ellos y recibo el perdón que me ofreces en Jesús tu Hijo amado, a quien has hecho sacerdote para siempre. Hoy Jesús sé que tú eres el único que puede llevarme al padre y mediar entre Él y yo. Gracias Jesús, te entrego mi vida. Amén.

viernes, abril 04, 2008

La Redención

Redención: término que poco manejamos y quizás mal comprendido. La palabra redención viene del verbo redimir, y este verbo tampoco es frecuente en nuestro vocabulario. Jesús, el único Hijo de Dios nos trajo redención; valga la redundancia, nos redimió. Bueno, pero… ¿qué significa exactamente? Vayamos por partes y empecemos por la definición de redimir tomada del Diccionario de la Real Academia Española:

1. tr. Rescatar o sacar de esclavitud al cautivo mediante precio.
2. tr. Comprar de nuevo algo que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón o título.
3. tr. Dicho de quien cancela su derecho o de quien consigue la liberación: Dejar libre algo hipotecado, empeñado o sujeto a otro gravamen.
4. tr. Librar de una obligación o extinguirla.
5. tr. Poner término a algún vejamen, dolor, penuria u otra adversidad o molestia.

Ahora vayamos a la Biblia.

La Verdad de la Palabra
Jesús les contestó: "En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es esclavo del pecado. Pero el esclavo no se quedará en la casa para siempre; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por tanto, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres.
Juan 8:34-36.
Jesús nos sacó de la esclavitud del pecado.

Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero (Jesucristo)… Y cantaban este cántico nuevo: Eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación. Apocalpsis 5:8-9.
Jesús nos compró para Dios.

El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado. En él
(Jesús) nos encontramos liberados y perdonados.
Colosenses 1.13-14.
Jesús nos dejó libres de la potestad de las tinieblas.

El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6.23.
Jesús nos liberó de la obligación del castigo por nuestros pecados.

No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.1ª Pedro 1:18-19.
Jesús puso término al dolor y a la penuria de nuestra vida vacía y pecaminosa.

Todas las citas las he tomado de la Biblia Latinoamericana.

Para reflexionar:
¿Tú ya has sido redimido por Jesucristo?
¿Has dejado tus pecados y estás viviendo para Dios?
¿Has sido rescatado de la vida vacía que llevabas?

Si no lo has hecho, hoy es el día de tu redención, hoy es el día de ser libre del pecado, de ser comprado para Dios, de ser libre del poder de las tinieblas y del pago por tus pecados. Hoy es el día de poner término a tu dolor. ¿Deseas hacerlo? Repite esta oración con sinceridad en tu corazón:
Señor, hoy reconozco que soy pecador, me arrepiento de mis pecados y te pido que me redimas de ellos. Hoy sé que tú me liberas de mis pecados por la sangre de Cristo. Gracias Señor por haberme dado redención en Jesús tu Hijo amado. Hoy lo recibo como mi Señor y Salvador. Hoy acepto tu redención en Jesús. Amén.