viernes, abril 11, 2008

El Sacerdocio y el Sacerdote.

En el Antiguo Testamento, Dios instituyó el sacerdocio para que el pueblo de Israel se pudiera acercar a Él. Todos los sacerdotes tenían que hacer expiación por sus pecados y por los del pueblo, y sólo después de esto podían estar en la presencia de Dios. Dios había designado a Aarón y su descendencia el sacerdocio, y ninguna persona que no fuera levita participaba en ese oficio; esto lo menciona la Biblia como el “sacerdocio de los levitas”. En ese pacto o alianza de Dios con el hombre el pueblo tenía forzosamente que acercarse a Dios a través del sacerdote. Pero después que vino Jesucristo, murió y resucitó, es decir en la nueva alianza con Dios, ¿sigue vigente el sacerdocio levitico ó hay otro? ¿Sigue siendo el sacerdote humano el mediador entre Dios y sus hijos?

Juanita – Oye Julieta ¿ya fuiste a pedirle al padre que rece por ti?
Julieta – Pues sí, Juanita, ya ves que siempre es mejor que el padre o el señor cura pida por nosotros.
Juanita – Por supuesto que sí, ya ves que por eso son sacerdotes, para que digan la misa y estén pidiendo siempre por nosotros, los pecadores.
Julieta – Además, muchos de ellos son casi santos. Y otros muchos, cuando se mueren hacen milagros.
Juanita – Por eso en este asunto tan difícil, en que no sé cómo rezar, pues mejor le pido al padrecito que rece por el asunto. Estoy segura a que a él sí lo va a oir.
Julieta – ¡Ah., eso sí! Yo estoy bien segura de que ellos están más cerca de Dios que uno. Y también Dios los puso para que sea por medio de ellos que nosotros podamos llegar a Dios. ¿O no es así Juanita?

Juanita – Sí, Julieta, así es, tal y como me lo estás diciendo.

La Verdad de la Palabra
Acera del sacerdocio de los levitas (válido en el Antiguo Testamento)

Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado. Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad;" por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo. Hebreos 5:1

La Verdad de la Palabra
En cuanto al sacerdocio de Jesucristo (válido en el Nuevo Testamento)
Así, pues, si bien el sacerdocio de los levitas es el fundamento de las instituciones de Israel, no son capaces de llevar al pueblo a la religión perfecta. Si no, ¿qué necesidad habría de otro sacerdocio, no a semejanza de Aarón, sino a semejanza de Melquisedec? Y si hay un cambio en el sacerdocio, necesariamente la Ley también ha de cambiar. Jesús, al que se refiere todo esto, pertenecía a una tribu de la que nadie sirvió jamás al altar. Hebreos 7.11-13

Pues la Escritura dice: Tú (Jesús) eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Con esto se cancela la disposición anterior, que resultó insuficiente e ineficaz. Hebreos 7:17-18

Tratemos de resumir lo que hemos dicho: tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del Dios de Majestad en los cielos;" él está a cargo del santuario y de la tienda verdadera, levantada no por hombres, sino por el Señor. Hebreos 8:1-2


Allí entró Jesús para abrirnos el camino, hecho sumo sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Hebreos 6.20
Todas las citas han sido tomadas de la Biblia Latinoamericana

Para reflexionar:
¿Canceló Dios el sacerdocio de los levita, es decir el humano? Véase Hebreos 7:17-18
¿Quién es el único sacerdote que permanece para siempre y que está vigente para la nueva alianza?
¿Tienes como mediador a un sacerdote humano? Si tu respuesta es sí, te invito a que te acerques a Dios por medio de la nueva alianza que Él ha hecho con los hombres, por medio de su Hijo Jesucristo, único sacerdote para siempre.
¿Deseas tener a Jesús como tu único sacerdote? Abre entonces tu corazón a Dios y dile estas palabras u otras semejantes: Dios, gracias porque hiciste un nuevo pacto conmigo a través de la sangre de tu Hijo Jesús. Hoy te pido perdones mis pecados, me arrepiento de ellos y recibo el perdón que me ofreces en Jesús tu Hijo amado, a quien has hecho sacerdote para siempre. Hoy Jesús sé que tú eres el único que puede llevarme al padre y mediar entre Él y yo. Gracias Jesús, te entrego mi vida. Amén.

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