miércoles, mayo 02, 2012

Romanos 2


Siguiendo con el libro de Romanos, podemos aprender del capítulo dos que a los ojos de Dios todos los hombres son culpables, ya que todos han pecado (versículo 1). Cuando Dios juzga las obras de los hombres, sean éstos conversos o no, lo hace con verdad. Jamás Dios ha emitido un juicio por conveniencia o ha sido llevado por los sentimientos o la codicia a juzgar de manera injusta (v 2).

La mayoría de las veces que nos presentan a Dios, lo muestran como un Dios de amor que todo perdona. Ciertamente es un Dios de amor y puede perdonar todo, pero a pesar de ello es Dios también el Juez de toda la tierra y en este capítulo dos vemos cómo Dios nos dice que todos erán juzgados por su acciones y que nadie escapará a su juicio(v 2-3)

En el versículo cuatro de este capítulo, Dios muestra su amor al hombre cuando dice que por su paciencia, benignidad y longanimidad no guía al arrepentimiento. Es entonces que Dios puede perdonar y perdona a todo aquel que se ha arrepentido sinceramente de su(s) pecado(s), y vemos en contraste que la ira de Dios está reservada para el impenitente (v 5-9). También podemos apreciar que Dios no hace distinción entre las personas.

Cuando esta epístola fue escrita, los judíos dividían el mundo en dos clases de personas: los judíos y los griegos o gentiles. El apóstol Pablo nos revela que Dios juzgará tanto al judío como al que no lo es, mostrando así que no hace distinción entre los seres humanos (v 10-11).

En los versículos del 12 al 16, Pablo nos hace ver cómo Dios ve las obras de cada uno de nosotros, tanto creyentes como inconversos y a ninguno excusa de sus pecados, ya que nos dice que Dios ha escrito en sus corazones la ley. Es decir, que Dios ha dado conciencia al hombre del bien y del mal, y que muchos que no conocen a Dios, se comportan como si lo conocieran. Vemos por último en esta sección, que Dios va a Juzgar los secretos de los hombres. Cuando Pablo escribe conforme a mi evangelio, se está refiriendo al mensaje de salvación de la condenación eterna por medio de la fe en Jesucristo. En otras palabras, el mensaje de la buenas noticias de que quién se arrepienta y reciba el sacrificio de Jesucristo en la cruz como el único pago por sus pecados (presentes, pasados y futuros) será salvo.

En los versículos siguientes, Pablo se dirige ahora exclusivamente a los judíos, los cuales creían que por ser judíos tenían la salvación segura. Pablo les hace una serie de preguntas con las cuáles quiere demostrarles que debido a la infracción que han cometido de la ley el nombre del Dios de quien se sienten tan orgullos, es blasfemado (v 17-24).
Pablo los lleva a recapacitar en que la circuncisión por sí misma, es decir, la hecha en el cuerpo no los hace judíos,  sino la verdadera circuncisión del corazón.


Para reflexionar:
·         ¿Has pensado alguna vez que Dios es amor sin considerar que también es Juez? Te invito a que leas nuevamente este capítulo de Romanos y guardes en tu memoria que Dios es también Juez.
·         ¿Te has creído superior a los demás por llamarte cristiano? Recuerda que Dios no hace acepción de personas, todas somos iguales a los ojos de Dios  y  Él ve lo que hay realmente en el corazón.