jueves, marzo 29, 2007

¿Arrepentirme yo? ¿De qué?

La sociedad y sus filosofías o las modas, nos hacen desviarnos de la realidad espiritual que Dios ve. Lo que hace unos años era visto verdaderamente como algo horrible, hoy se ve de manera muy natural. Hemos aceptado como sociedad que el pecado no existe, es relativo a la cultura y al vivir de cada quien. Los pecadores solo son aquellos que matan, secuestran y se drogan, ellos son los que necesitan arrepentirse.

Blanca – Rocío ¿fuiste ayer a la junta de la escuela?
Rocío – No, tuve otras cosas qué hacer
Blanca – Pues yo fui y a la entrada me dieron un folletito que decía: ¿Y usted, ya se ha arrepentido de sus pecados? Si no lo ha hecho, le invitamos a que lo haga.
Rocío – ¿Quién te lo dio?
Blanca – Estaba un jovencito como de 16 años repartiendo a todos los papás que llegábamos a la junta.
Rocío – ¿Era de la escuela?
Blanca – No, parecía que estaba allí aprovechando que había gente. ¡Pero imagínate al pobre! ¡Entregándonos ese papelito a nosotros! De plano que nos vio cara de rateros o asesinos. Dime tú ¿En qué pecamos? ¿De qué nos tenemos que arrepentir?
Rocío – De plano que se equivocó de lugar, debería irse a los barrios donde están los pandilleros y los narcos. ¡Ésos sí que tienen de qué arrepentirse!

La Verdad de la Palabra
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1ª Juan 1:8

Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Lucas 13:2-5

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19

miércoles, marzo 21, 2007

Las Buenas Obras

En este mundo hay gente buena y gente mala. Eso piensa la mayoría de las personas. Y muchas de ellas (por no decir otra vez la mayoría) se consideran entre las buenas. Esas “buenas personas” creen que por sus “buenas obras” pueden llegar al cielo, es decir obtener la salvación.

Margarita – Hola querida sobrina, ¿cómo estás?

Beatriz – Muy bien tía ¿Y tú? ¿Cómo te va con tus visitas al asilo?

Margarita – De maravilla, Bety. Fíjate que ayer estuve platicando con dos ancianitas muy lindas, de esas que no tienen familia. Les llevé un regalito.

Beatriz – Con lo buena que eres y con tantas cosas buenas que haces: tus visitas al asilo y la ayuda que das al orfelinato ¡ya tienes el cielo ganado!

Margarita – La verdad Bety, no es para tanto. Pero estoy dispuesta a esforzarme un poquito más. La semana entrante comienzo con un programa de ayuda a los indigentes, vamos a hacer un bazar cada sábado durante 3 meses. ¿Quisieras donar algo? Recuerda que eso también cuenta como obra de caridad y por supuesto que es a tu favor. Podemos hacer méritos juntas ¿cómo ves?

Beatriz – Me parece una idea excelente, tengo algunas cosas en buen estado que ya no ocupo, ya había pensado en regalarlas y si además el donarlas me da una ayudadita para llegar al cielo ¡es magnífico!

La Verdad de la Palabra
9¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Romanos 3:9-12

8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9

9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. 2 Timoteo 1:8

5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Tito 3: 5-7
(Versión: Reina-Valera)