sábado, abril 03, 2010

¿Cómo enseño a mis hijos a vestirse de manera diferente?


Enseñar es un arte que se aprende, y tenemos la vida misma para aprender cómo enseñar a nuestros hijos, los tesoros más grandes que Dios ha depositado en nuestras manos.

Este artículo contesta la pregunta ¿cómo ha logrado que su joven hija siga estos consejos?

Mi experiencia personal sobre el asunto:

Tuve la bendición de conocer al Señor Jesucristo antes de casarme y tener hijos y fui enseñada por mi madre espiritual a vivir una vida en santidad, incluyendo la forma de hablar y de vestirme. Esto hace una diferencia enorme en los hijos que crecen sin el conocimiento de Dios. Me casé con un hombre que también conocía a Dios.

En la práctica me he vestido (desde que tuve llamadas de atención y enseñanza) de manera diferente a como lo hacía sin conocer a Cristo, he procurado no ponerme ropa transparente, escotada, arriba de la rodilla y que al mismo tiempo se vea bonita, jovial y en lo posible con la moda. Con esto he sido un ejemplo no solo para mi hija, sino también para mi hijo.

A mis dos hijos pequeños les leía la Biblia, cantaba y oraba con ellos; les enseñé a orar y a saber que la Biblia es la única verdad absoluta que tiene el plan de Dios para todos aquellos que lo buscan y que reciban al Señor Jesucristo como su Salvador personal. Por temporadas he dedicado un día a la semana a darles una clase de Biblia formal, con diferentes temas según su edad. Hemos sido fieles asistentes a la iglesia los domingos y si hay reunión entre semana, hemos participado en células en hogares; esto es una forma de vida en mi familia.

Algo sumamente importante: tanto mi esposo como yo, hemos estado de acuerdo en la forma en que educamos y corregimos a nuestros hijos.

Llevé a mis hijos a los pies de Cristo desde niños y en la iglesia a la que asistía cuando ellos eran pequeños, bautizaban a los niños que hubieran recibido a Jesús como su Señor y Salvador, así que, mi hija se bautizó a los 9 años y mi hijo a los 7 años. Todos estos antecedentes son una base firme para poder cimentar en ellos el amor a Dios, a Su Palabra y al deseo de obediencia a Él dejando al mundo en un lugar inferior a la voluntad de Dios. Es Dios mismo a través de una relación personal con ellos quien produce convicciones firmes en su mente y en su corazón.

Hablando específicamente de la ropa, nunca vestí a mi hija, ni aún en la playa, con vestidos sin espalda, demasiado escotados por delante o por detrás, con blusas o vestidos de tirantes, jamás usó un bikini, ni de bebé; no le puse shorts muy cortos, siempre a medio muslo (algunas veces los cosía yo misma), porque estoy convencida de que si lo hubiera hecho, ¿cómo le hubiera dicho después, cuando tuviera 15 años que ya no se vista así, si toda su vida ésa ha sido su costumbre? Ella pensaría ¿qué tiene de malo si así he vestido siempre? ¿Qué te pasa ahora? Sería tan incongruente como si yo me vistiera escotada o transparente y le pidiera a ella que no lo haga.

Bueno, esa ha sido mi experiencia, pero
¿qué hacer cuando no se han tenido todas esas bases en la educación de los hijos? ¿Hay esperanza? ¡Por supuesto que sí hay esperanza!

Pongo aquí a continuación lo que yo recomendaría para enseñar a tus hijos a vestirse en forma correcta ante los ojos de Dios.

1) Llevarlos a Jesús para que lo reciban como Señor y Salvador.
Si tú no has hecho una oración de salvación con tus hijos, te invito a que lo hagas. Es muy fácil con los niños, sólo indícales cuando lo que hacen es pecado, diles que eso no le agrada a Dios y los separa de Él. De manera personal con cada uno, pregúntale si desea acercarse a Dios y ser su hijo. Si te dicen que sí, haz una oración de arrepentimiento, confesión y fe en Jesús como su único y suficiente Salvador. Si tu hij@ ya es un adolescente, preséntale el plan de salvación más ampliamente. Es imposible pedirle peras al olmo. Así que, si tu hij@ es un joven o jovencita, no se vestirán de acuerdo con los estándares de Dios si no lo han hecho Señor de sus vidas.

2) Enséñales la Palabra.
Tu opinión y la mía no son importantes y tienen la misma fuerza que la de cualquier otra persona, sea el diseñador de moda, el cantante de moda o cualquier otra persona del mundo. Por lo tanto, debes enseñarles lo que dice la Palabra de Dios, que es la única verdad y nos enseña lo que Dios opina sobre los asuntos de los hombres. Dios es Dios, una autoridad absoluta en cuestiones de fe, doctrina y estándares para nuestra vida. Ya no es lo que tú opinas al respecto sino lo que Dios dice. De acuerdo a la edad de tus hijos muéstrales versículos que les enseñen lo que deben hacer. Dios ordena a los padres en Deuteronomio 4:6-9 que guardemos su palabra en nuestro corazón y que la enseñemos a nuestros hijos en todo momento (véase la cita completa). Algunos versículos que te ayudarán a enseñar a tus hijos cómo vestirse sin seguir la corriente de sus amigos, las modas y el mundo son: 1ª Pedro 1.16, Juan 14:15, 22, 1ª Juan 2.15-17, Proverbios 4.20-27, Efesios 6.1-4, Eclesiastés 11.9-10

3) Instrúyelos conforme a la Palabra.
Proverbios 22:6
dice: “Instruye al niño en su camino, aún cuando fuere viejo no se apartará de
Él”.
Una cosa es enseñar y otra instruir, ambas van de la mano. Tú enseñas que la Biblia dice: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia”, sin embargo si tu hij@ no sabe el significado de las palabras pudor y modestia, no entenderá. Hay que enseñarle también estos significados. Pero el trabajo no termina allí, apenas comienza. Una vez que ha entendido cabalmente lo que esto significa, ahora hay que decirle cómo; eso lo haces mediante la instrucción. Cuando compras un aparato electrónico, viene un instructivo, en el cual te explica con detalle cada parte del equipo, para qué sirve y cómo se usa. Eso mismo hay que hacer con nuestros hijos, instruirlos en la Palabra. Entonces, ya que les enseñaste, ahora les instruyes diciéndoles por ejemplo: vestir con pudor significa que no uses blusas transparentes y escotadas, ni por delante ni por detrás, que no enseñes tus senos, tu estómago, etc. Si son varones, les puedes instruir diciéndoles: vestir con el estándar de Dios significa no enseñar la ropa interior (que es tan común en este tiempo), mantener el cinturón en la cintura y no en la cadera o debajo de los glúteos, o con pantalones rotos por todos lados mostrando las piernas o más que eso. Cuando son pequeños tú escoges la ropa que les vas a poner, así que dependen en todo momento de ti. Cuando son adolescentes y por alguna razón no se les ha dado instrucción de acuerdo a la Palabra, aún tienes el poder de ayudarlos a escoger qué ponerse (quizá con un poco de presión), porque tú les compras la ropa, y puedes decirle esto no te lo compro y no te permito que lo uses. Parece difícil hacerlo ¿verdad? Recordemos que Dios le reclamó a Elí por no estorbar a sus hijos cuando pecaban. (1º Samuel 3:13. Véase 1º Samuel 2:12-16; 22-25)

4) Ora con ellos y por ellos.
Cuando ores con ellos, siempre habla palabras de bendición, no se te ocurra decir: “Señor por favor te pido que entienda cómo debe vestirse,” en cambio di algo como. "Señor te doy gracias porque mi hij@ es un hombre (mujer) de Dios, que te conoce y desea agradarte en todo momento, te pido que prosperes su escuela, rodéalos de amigos y personas que te conozcan y seas la prioridad número uno para ellos, llena a _________ de bendiciones del cielo y de la tierra, __________ es el regalo más valioso que me has dado," etc. ¿Cómo puedo orar así cuando veo algo tan diferente en ellos? 1) En fe, creyendo que Dios contesta tus oraciones y pronto verás la conversión de tus hijos a Dios haciéndolo Señor de sus vidas y siendo testimonio a sus amigos. 2) Siendo ejemplo para ellos, porque si algo odian los adolescentes y los jóvenes es la incongruencia. Cuando ya estés a solas y ores por ellos, desborda todo tu corazón y toda tu ansiedad en Dios, pídele que te guíe en qué pedir para cada uno de ellos en particular, Dios escuchará tus oraciones. Ten presente siempre el versículo de Gálatas 6.9 “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos.”

5) Bendícelos en todo momento.
Puedes usar como ejemplo la bendición aarónica, Números 6:24-26
“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” Bendecir es decir el bien que deseas para una persona, todo aquello que deseas para tus hijos díselo. Ejemplo: “Fernanda que saques un diez en tu examen hoy.” “Fernanda ¿sabías que vas a ser una madre excelente? Dios te está preparando.” A mi hijo le digo cuando va de salida: “Rodrigo que te vaya bien en la clase de matemáticas.” “Rodrigo, tú eres un varón valiente y esforzado delante de Dios, eres muy inteligente y vas a ser una influencia grande en la vida de tus amigos.” Esos son algunos ejemplos. Tú piensa en las bendiciones que tienes para cada uno de tus hijos de manera personal.

6) Usa los momentos cotidianos para enseñar e instruir.
Para terminar, tanto la enseñanza como la instrucción deben darse diariamente con las cosas cotidianas de la vida. Un ejemplo es: cada vez que veía a alguien vestida de manera inapropiada, desde que mi niña era pequeña, más o menos a los 4 años, le decía: "mira qué mal se ve esa señorita, esa forma de vestir a Dios no le agrada." Aprovecha cada situación para enseñarlos e instruirlos en la Palabra, que es la que produce convicción y fruto. Pronto verás los resultados.