miércoles, septiembre 08, 2010

¿Qué Debo Hacer si me Ofenden?

Las ofensas son parte de la vida diaria. Todos los seres humanos ofenden a los demás, a veces involuntariamente y otras veces con toda la intención. Las ofensas son también de diferentes magnitudes. No es lo mismo ofender a una persona por llamarla con un nombre despectivo que golpearla o insultarla con palabras que no puedo escribir.

Si es cierto que todos van a ser ofendidos, yo como hijo de Dios, ¿cómo debo responder ante la ofensa? Aunque parezca increíble, Dios en su Palabra nos dice claramente cómo debemos hacerlo. La cita bíblica más conocida es en la que Jesús dice:

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Lucas 6:37

Pero profundicemos un poco más en este asunto. Todo el que es ofendido también ha sido ofensor. Una verdad que la Biblia plantea en la siguiente aseveración:

“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” Santiago 3:2

Así que debe darse cuenta el que ha sido ofendido que él también ha sido ofensor en otras ocasiones. Es más fácil seguir los siguientes consejos si usted considera que ha estado en el lugar del ofensor.

Primer consejo: Dé una respuesta suave a la ofensa.

Cuando las agresiones son verbales, la respuesta correcta de un hijo de Dios es suave, sin gritos. Si usted responde a una agresión con otra agresión, o a una ofensa con otra ofensa, solo se empeora la situación, la ofensa puede llegar a medidas nunca esperadas. A tal punto tan grave, como la muerte.

Hace años vivía yo en otra ciudad, y había dos vecinos que siempre estaban en pugna por el lugar para estacionar sus vehículos. Uno de ellos tenía un camión. Día tras día discutían y las discusiones subían de tono. Un mal día, discutieron, pero uno de ellos tomó su pistola y disparó contra el otro. Una vida perdida y otra arruinada por completo. Y todo por una ofensa que no se supo manejar.

La biblia nos dice:

La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor. Proverbios 15:1

Cuando usted esté siendo ofendido, recuerde esta cita y la historia anterior, eso le ayudará a contestar con amabilidad.


Segundo consejo: cuando está siendo abusado en cualquier forma, o golpeado, o algo por el estilo, busque ayuda

En ocasiones las ofensas son más graves que solo palabras, quizá alguien ha abusado de usted sexual o psicológicamente, lo han golpeado o cualquier otra ofensa como éstas. Generalmente cuando se presentan estas circunstancias, la persona ofendida no sabe qué hacer. Es importante enfatizar que usted debe buscar ayuda: una persona de su confianza a quien pueda platicar lo que sucede y la oriente en qué medidas tomar para salir de esa situación de abuso. No será fácil decir esto a alguien más, pero es indispensable, es el único modo en que usted podrá librarse de la situación.

Tercer consejo: perdone al ofensor.

A pesar de que la ofensa haya sido solo un pequeño insulto o se haya salido de proporción la situación, a veces no queremos perdonar y guardamos rencor. Es necesario perdonar cualquier ofensa, sea pequeña o grave.

Si se trata de una ofensa de abuso, ya dijimos que es necesario buscar ayuda para salir de la situación, pero cuando haya usted salido de allí, es necesario que perdone al ofensor. Perdonar no es un sentimiento que vaya a venir a su corazón como por magia, esto solamente el poder del Espíritu Santo dentro de usted puede hacer que desee perdonar y que después pueda hacerlo. El perdón comienza con una decisión en la mente. Usted decide perdonar a esa persona porque sabe que así su corazón quedará libre de amargura, resentimiento, odio y demás sentimientos que lo pueden llevar a vivir infeliz el resto de su vida y hacer infelices a los que lo rodean.

¿Cómo es posible perdonar una ofensa tan grande como éstas? Sólo puede conseguirlo cuando usted ha experimentado el perdón de Dios. ¿Es usted salvo? Si no entiende la pregunta es porque no ha experimentado el perdón de Dios. Dios envió a su Hijo Jesucristo a morir en una cruz para que usted pudiera ser perdonado por Él de todos sus pecados. Las personas que hemos experimentado ese perdón, hemos recibido al Espíritu Santo en nuestra vida que nos da el poder de perdonar a los demás y Dios ha derramado en nosotros Su amor que es el único incondicional. Si usted tiene una relación estrecha con Dios por medio de su Hijo porque lo ha hecho su Señor y Salvador personal, tiene el recurso del perdón, el amor de Dios y el poder del Espíritu Santo. Es por eso que Jesús pudo decir:

Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Marcos 11.25


Conclusión.
Seamos de aquellos que no ofenden, pasan por alto la ofensa, evitan las contiendas, las discusiones y los pleitos, responden suavemente ante las ofensas y perdonan cuando los ofenden.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermana, cómo nos aytudan estos consejos! Se puede sobrellevar la vida diaria mejor y en Dios.

Gracias!!!!