domingo, noviembre 01, 2009

Dios

“El nombre de Dios se lo damos a ése ser eterno, perfecto, infinito e incomprensible, creador de todas las cosas, que conserva y gobierna todo con su omnipotencia y sabiduría, y es el único objeto digno de adoración”. (1)

Todos sabemos que hay un solo Dios, único y verdadero, sin embargo a veces las personas están confundidas porque le dan atributos que solo posee Dios, a otros individuos. Es tan fácil cómo los adultos “sin quererlo” o sin estar conscientes de ello, engañan a sus hijos diciéndoles que las personas que se encuentran en el cielo los pueden ver y oír. Al hacer esto están equiparando a Dios con simples mortales. Los niños crecen guardando una mentira en su mente tan fuertemente, que cuando son adultos, muchos de ellos siguen pensando que las personas que están en el cielo los ven, aunque por supuesto no son Santa Claus y quizás ni siquiera su abuelita, sino alguna otra persona piadosa.
¿Es que acaso hay alguien que pueda tener los mismos atributos que Dios?

Mamá – Mafer, pórtate bien porque si no lo haces, Santa Claus no te va a traer juguetes este año.
Mafer - ¿Es que Santa me puede ver?
Mamá – ¡Claro que sí! Él está en el cielo y ve a todos los niños y lleva un registro de lo que hacen; así si se portan bien les trae juguetes, si se portan mal, no les trae nada.
Mafer – ¿De verdad está en el cielo?
Mamá – Sí, Mafer, Santa Claus está en el cielo, preparando los juguetes.
Mafer – Oye mamá, si está en el cielo, entonces puede platicar con mi abuelita ¿verdad? Porque ella también está en el cielo.
Mamá – ¡Pues sí!, Mafer, los dos están en el cielo y los dos te están viendo. Tu abuelita también, ella ve todo lo que haces y oye todo lo que dices. Así que por favor, ya pórtate bien, porque si no, tu abuelita le dirá a Santa que no te de juguetes este año.


La Verdad de la Palabra
Yo soy Yavé, y no hay otro igual, fuera de mí no hay ningún otro Dios. Sin que me conocieras estuve contigo, para que todos sepan, del oriente al poniente, que nada existe fuera de mí. Isaías 45:5-6

O si no hablen, presenten sus pruebas; si es necesario, consúltense unos a otros: ¿Quién había anunciado estas cosas y las había publicado desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yavé? No hay otro Dios fuera de mí. Dios justo y Salvador no hay fuera de mí. Vuélvanse a mí para que se salven, desde cualquier parte del mundo, pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual!
Isaías 45:21-22

¿Quién como Tú, Yavé, entre los dioses? ¿Quién como Tú, glorioso y santo, terrible en tus hazañas, autor de maravillas? Éxodo 15:11

Así habla el rey de Israel y su redentor, Yavé de los Ejércitos: "Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí. ¿Quién es igual a mí? Que se pare y lo diga, que me cuente y me demuestre que anunció lo que debía pasar y nos dijo con anticipación las cosas futuras. No se asusten ni tengan miedo: ¿no es cierto que se lo había anunciado desde hace tiempo? Ustedes ahora son mis testigos: ¿hay acaso otro Dios fuera de mí? ¡No! no existe otra Roca que yo sepa. Isaías 44:6-8

Todas las citas han sido tomadas de la Biblia Latinoamericana

Para reflexionar:
Seguramente no crees que Santa Claus o tus parientes que han muerto puedan verte, pero ¿qué hay de otras personas? ¿Piensas todavía que alguien más que no sea Dios te ve y te oye desde el cielo?
Si es así, te invito a que tomes tu Biblia y repases los pasajes de este artículo y medites en ellos detenidamente.

(1) Diccionario de la Santa Biblia

3 comentarios:

Bonhoeffer dijo...

Con todos mis respetos, Madamme: creer en Santa Claus y creer en Dios es idéntico. Dios se toma como una palabra más respetable que Santa Claus, pero no significa más que eso.

Mis más sinceros respetos.

Lucero Ríos Duque dijo...

Estimado Sr. Bohn:
Es evidente que Santa Claus NO EXISTE puesto que, a pesar de tener sus orígenes en una persona real, San Nicolás, el hombre gordinflón, de pelo y barba blanca, vestido de rojo que “regala juguetes a los niños” es un personaje de la imaginación del hombre.
En cambio, la NO EXISTENCIA DE DIOS, no es tan evidente. ¿Pruebas? Verá usted:
La principal incertidumbre de saber si Dios existe o no, es la vida transformada de millones de personas en todo el mundo, que afirmamos “conocer a Dios, tener una relación íntima y personal con Él, escucharle hablarnos y ver su poder en nosotros y nuestro alrededor”.
Por supuesto no estará conforme con esto,
La siguiente incertidumbre de si Dios existe o no, son las pruebas arqueológicas e históricas que COMPRUEBAN DE MANERA CIENTÍFICA que al menos algunos de los acontecimientos mencionados en la Biblia fueron realidad (1), y no un simple cuento de hadas.
Otra incertidumbre es la propia Biblia ¿por qué la Biblia? pues verá, la Biblia es una compilación de 66 libros diferentes, escritos en un período de 1300 a 1500 años, por 40 autores diferentes y tiene consecuencia desde el Génesis hasta el Apocalipsis. El génesis lo escribió Moisés en 1500-1300 A.C. y el Apocalipsis Juan aproximadamente en el 95 D.C. Si Dios no hubiera estado presente de alguna manera ¿cómo podrían estos 40 autores armonizar sus pensamientos para que haya consecuencia en sus escritos?
Dejemos la siguiente como última incertidumbre de la existencia de Dios: El Universo. Tenemos evidencias científicas del tamaño y composición del universo, y una teoría que explica cómo se formó. Esta teoría dice: “hace unos 15.000 millones de años la materia tenía una densidad y una temperatura infinitas. Hubo una explosión violenta y, desde entonces, el universo va perdiendo densidad y temperatura. El Big Bang es una singularidad, una excepción que no pueden explicar las leyes de la física. Podemos saber qué pasó desde el primer instante, pero el momento y tamaño cero todavía no tienen explicación científica”. (2) Es tan difícil de concebir para la mente humana una densidad y una temperatura infinitas y una explosión violenta (que nadie sabe qué la causó) como lo es la existencia de Dios. Por lo tanto, creer en el Big Bang es tan válido como en que Dios creó la materia y el momento y tamaño cero del universo, puesto que las evidencias de que existe están allí, la incertidumbre es su origen.

Lo invito Sr. Bohn a leer el libro “El Caso del Creador.” (3)

Bibliografía
(1) Werner, Keller. Y la Biblia tenía razón. Editorial Omega
(2) http://www.xtec.es/~rmolins1/univers/es/
(3) Lee Strobel. El Caso del Creador. Editorial Vida

Pablo Hernández Pérez dijo...

Señor Lucero Ríos Duque:

Que muchos sostengan la misma opinión no equivale a que esa opinión sea verdadera. Durante miles de años se creyó que la tierra era plana. Millones de hindúes atestiguan la existencia de Brahma, Visnú o Shiva. Los griegos creían en los dioses del Olimpo. Millones de japonés y chinos creen que se reencarnarán cuando mueran. Millones de personas en general creen en dioses en los que usted no cree, y aseguran también que su dios particular les habla y le escucha. Como a ellos, supongo que a usted su dios también le habla siempre en voz baja, solo dentro de su cabeza, quizá ni siquiera escucha su voz, solo algo que le dice que paso debe dar. A eso se llama conciencia.

Más. Algunos de los acontecimientos mencionados en la Biblia pudieron suceder realmente, desde luego. Por ejemplo, seguramente hubo un Diluvio, solo que no fue un Diluvio Universal propiamente dicho ocasionado por un dios. La leyenda del diluvio debió concretarse a raíz de un gran tsunami producido por un maremoto tectónico importante o quizá por el estallido del volcán Etna en la ribera oriental de Sicilia. Después, los ingenuos supervivientes mesopotámicos interpretaron el acontecimiento acomodándolo a sus creencias. De lo que no hay pruebas arqueológicas, ni históricas, ni científicas, es de los milagros recogidos en la Biblia, y de los que, de haber pruebas, confirmarían todo aquello en lo que los creyentes creéis. Por ejemplo, los hechos descritos tras la muerte de Jesús, como el temblor de tierra que sacudió a toda la humanidad y la sumió en la más profunda oscuridad durante un día, solo se recogen en la Biblia. Ningún historiador, no solo del lugar, sino del mundo, recoge estos hechos. También se dice que los muertos resucitaron, pero resulta que solo debieron verlos los hombres que escribieron la Biblia. ¿Cómo es posible que nadie, excepto los cristianos, diese testimonio de esto?

Más. Dice usted: ¿cómo podrían estos 40 autores armonizar sus pensamientos para que haya consecuencia en sus escritos? Pues muy fácil: a través de la tradición oral. Es evidente que el autor del Apocalipsis estaba ya familiarizado con el Génesis. Los mitos y leyendas corrían como la pólvora en una sociedad crédula, susceptible e ingenua. No hacía falta la intervención de ningún Dios.

Por último, que la ciencia ignore como pudo producirse el Big Bang no equivale a que Dios fuese el autor de semejante explosión. Mira, Dios (el que sea) es fruto de los límites del conocimiento humano. Cada vez que decimos que Dios hizo tal cosa, lo que estamos diciendo es “No sabemos cómo se produjo esa cosa”. La incertidumbre del Big Bang, por tanto, no prueba nada, solo señala nuestros límites para comprender las cosas.

En fin, solo era eso. Mis más sinceros respetos.